Emprender es apostar

Un breve comentario sobre el juego largoplacista de crear una empresa.

The smarter you play, the luckier you’ll be.

Hola, espero que estés muy bien. En esta entrega quiero escribir acerca de una idea con la que me encontré esta semana, en conversaciones con dos founders argentinos que respeto mucho.

Emprender es apostar. Uno nunca puede tener total certeza de que su propuesta de valor va a encontrar un mercado que la haga prosperar. Uno apuesta a que eso va a pasar (o a seguir pasando).

Digamos todo, de todas las formas de timbear, es una de las más lindas.

Como toda apuesta, no viene sin su cuota de riesgo. Existen muchas piezas móviles que tienen influencia sobre el destino de tu negocio, y pueden hacerlo fracasar o florecer. Algunas están completamente fuera de tu control (ej. la tasa de interés de la FED), y otras no tanto.

Mi aprendizaje de la semana fue que debería dejar de subestimar el alcance de mi esfera de influencia.

Lo que hice fue esto. Listar un top 10 de cosas que sólo dependen en parte de mí y -de cambiar para mal- tienen grandes chances de tirar abajo mi apuesta: disponibilidad de proveedores, acceso a talento, TAM, ciclos de demanda. Ya me dirás cuáles son las tuyas.

Y ahora, la pregunta de rigor: ¿Cómo puedo impulsar las condiciones para que mi apuesta salga bien?

Estos dos founders lo tienen muy claro. Uno creó un programa gratuito de formación de talento tech en su ciudad, que le sirve de ayuda para reclutar devs en su empresa.

El otro está desarrollando un producto con el que espera impulsar la carrera de “la versión temprana” de su cliente ideal, para ayudarle a alcanzar el grado de maduración a partir del cual su empresa puede ayudarle.

Se me viene otro ejemplo a la cabeza: Meta (cuando era Facebook) creó la librería de javascript “React” y la hizo open-source, propiciando un caldo de cultivo que le garantiza disponibilidad permanente de nuevos programadores que entienden cómo construir software en Meta.

Enfatizo la naturaleza largoplacista de todos estos ejemplos. No se trata de “cómo consigo más de esto YA”. Rara vez me han salido bien las cosas pensando desde ese lugar.

Y con eso me despido. Gracias por acompañarme hasta el final. Espero te hayas llevado una idea nueva. Hasta el próximo finde.

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